viernes, 10 de agosto de 2007

DON QUIJOTE Y SU CENA CON UNOS CHIVEROS


“El amor, todas las cosas iguala..” Cervantes, Don Quijote, parte I, Cáp. XI

El amor todas las cosas iguala, es una sentencia que el Universalísimo Español, pone en boca de Don Quijote, cuando este y sancho llegan al oscurecer, a una majada, es decir, un paraje donde se recoge el ganado y que al mismo tiempo daba albergue a unos chiveros, quienes de muy buen modo los invitan a compartir con ellos, vino en bota de cuero y un cocido de carne de cabra, que preparaban para la cena y que sancho ya desde antes de amarrar a rocinante y a su burro babieca, del brazo de un mesquite, ya les había echado el ojo…
(Desocupado lector, levanto el índice, para que tu al verlo, me des oportunidad de una opinión: España con la conquista, llevó las cabras a México y con ellas, se dio uno de los tantos mestizajes culinarios, pues los Españoles, al decidirse a probar el chile de los Mexicanos, en sus cocidos de cabra, acompañados de blancas tortillas de maíz, el resultado debió haberles parecido delicioso, pues dio origen a un platillo vinculado a la identidad nacional: la birria)
Los chiveros le ruegan a Don Quijote que se siente con ellos, alrededor de unas baquetas de chivo, curtidas por ellos mismos, con cáscaras de mauto y de guamúchil, y que usaban a modo de mesa, quedándose sancho de pie para servirle y servirse vino de la bota y que el estuvo muy al pendiente que dicha bota, anduviera como “balde de noria, ya lleno, ya vacío…”; le vio Don Quijote de pie y le dijo: “ quiero que te sientes, aquí a mi lado y en compañía de esta buena gente y aunque soy tu amo y señor natural, quiero que comas en mi mismo plato y bebas en donde yo beba, porque de la caballería andante se puede decir, lo mismo que del amor se dice: que todas las cosas iguala”
Mientras Don Quijote hablaba, los chiveros, sorprendidos ante tanto línguili línguili, escuchaban lelos, sin responder palabra y sancho, que no perdía el tiempo, sobre todo ante un gollete, comía y visitaba repetidamente la bota de vino que tenían colgada de la horqueta de un mezquite…
En este lugar de La Mancha, Cervantes acuña una frase muy popularizada por Don Quijote: “dichosa edad y siglos dichosos aquellos a quienes los antiguos pusieron el nombre de dorados…”
Después de la cena, era obligada una canción, cosa que hace un joven pastor, acompañado de un rabel, instrumento de tres cuerdas que se tocaba con arco y le canta a una tal Eulalia, la canción de sus amores. Don Quijote, le rogó que cantara mas, pero sancho le dijo: “a dormir llaman, Señor, pues el duro trabajo de estas gentes no permite que pasen las noches en cantos …”; Durmamos pues, sancho, le responde Don Quijote, pero antes cúrame esta oreja, que me duele mas de lo que yo quisiera; se acerca un chivero, ve la herida y le prepara una cataplasma de romero mascado por el mismo, al que mezcló con sal, se lo aplica en la oreja y le asegura que esa medecina es cuantohaiquever para curar heridas y chollacas...
(Desocupado lector, te ruego la oportunidad de una segunda opinión: la herida en la oreja de Don quijote, era un remanente de una zarabunda de chingazos que sacó ante un vizcaíno, en una de las pocas batallas ganadas por el; romero, así se llamaban a los peregrinos que iban a Roma en romería y por extensión se le dio ese nombre a una planta aromática que abundaba en los caminos por donde transitaban…vale)
bacurim@lachuparrosa.com

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